Nadie ha interpretado 'Moon River' como ella. A pesar de no se cantante profesional, Audrey Hepburn hace del tema de Mancini un regalo para el espectador, para el melómano y para el que pasaba por allí. Muchos han intentado versionarla a lo largo de los años sin conseguir la delicadeza, la sutiliza y la sensibilidad de Audrey.
Ella, Audrey Hepburn, sentada en el alféizar de una de tantas ventanas de la ciudad deNueva York toca la guitarra y canta Moon River a la vez que conforma una de las grandes escenas de Desayuno con diamantes. Este momento de la película sólo es superable visualmente al momento en que Holly Golightly pasea ante el escaparate de la famosa joyería Tiffany’s en la Quinta Avenida.
Sin embargo, musicalmente es un momento único, y no sólo para la película, sino para toda la historia del cine y sus bandas sonoras.
Henry Mancini compuso la canción especialmente para Audrey Hepburn, algo que asustó especialmente a la actriz, ya que hacía mucho tiempo que no cantaba para la gran pantalla. A propósito, Donal Spoto cuenta en su biografía que cuando ésta supo que tendría que cantar estuvo trabajando durante semanas con un profesor de canto y otro de guitarra hasta que se sintió menos incómoda.
Se barajó la posibilidad de utilizar la voz de Marnie Nixon (quien la doblaría más adelante en My Fair Lady (1964)), pero finalmente Blake Edwars apostó porque fuera Audrey quien la interpretase. La actriz ya había tenido que cantar en Sabrina (1954) y a pesar de no estar muy entusiasmada con su voz, se dejó convencer. Años más tarde, le desvelaría su secreto a sus hijos: “No se trata sólo de lo que dices sino de cómo lo dices”.
“Moon River se escribió para ella. Nadie más la entendió tan bien”, dijo en su momento Mancini. Cuesta creerse hoy en día que el jefe de la Paramount quisiera suprimirla. Algo a lo que la propia Audrey se negó en rotundo.
Finalmente Paramount no suprimió la canción, aunque sí pretendió acortar gran parte de la banda sonora. En ese momento el gran carisma de Audrey Hepburn salió a flotecuando envió una asombrosa carta en defensa de Mancini en la que decía: “Lo que no podemos expresar con palabras o gestos, tú lo has expresado por nosotros, y lo has hecho con imaginación, elegancia y belleza. Eres el más sensible de todos los compositores. Gracias, querido Hank”.
Al parecer Mancini, o al menos según contó posteriormente su mujer, tardó un mes en inspirarse para hacer la canción, pero cuando las musas le llegaron tardó sólo veinte minutos en escribir el tema. “Los grandes ojos de Audrey me dieron el empujón para que fuera un poco más sentimental de lo que suelo ser. Esos ojos suyos podían transmitirlo, lo supe”, ha afirmado el compositor en alguna ocasión.
La letra pertenece a Johnny Mercer, que al igual que Mancini, tardó su tiempo en encontrar lo que deseaba transmitir. Al parecer, según cuenta el libro Desayuno con diamantes (Electa), inicialmente iba a llamarse Blue River, pero ya había registrada una canción con ese título. Así que Mercer decidió cambiarlo por éste.
Tras ganar el Oscar como la mejor canción (Mancini también lograría el de mejor banda sonora), Columbia empezó a distribuir el álbum y el primer día se vendieron nada menos que unas 40.000 copias. En sólo unas semanas lograría conquistar el top de las listas de de ventas.
Después de la película, la canción tomó un rumbo propio y desde entonces ha sido versionada cientos de veces. El primero en hacerlo fue el cantante Jerry Butler, luego lo hizo también Andy Williams y con el tiempo la versionaría Aretha Franklin, Louis Amstrong, Ben E. King, Barbara Streisand, Judy Garland, Fran Sinatra o R.E. M., entre otros, aunque la lista es interminable. Eso sí, entre todas las versiones, ningua como la susurrante, tierna, melancólica y única de Audrey Hepburn.